27/3/2016 8 Comentarios ¿Cómo debemos pensar los cristianos acerca del uso de las bebidas alcohólicas?El día de ayer encontré publicado en Facebook la siguiente declaración que me llamó poderosamente la atención: Llámenme como quieran, estoy convencido de que el alcohol es la droga más odiosa, estúpida y desgraciadamente más defendida. No la necesitamos para nada, a menos de que consideres tu personalidad poca cosa. Más adelante, en la sección de comentarios la misma persona se refiere al alcohol como una "vil droga." La razón por la que estas palabras me llamaron mucho la atención no se encuentra tanto en su contenido, sino más bien en el hecho de que fueron publicadas por un cristiano. "¿Por qué?" Se preguntará usted. "¿Qué tiene de malo tal afirmación?" Añadirá. Bueno, la respuesta es muy sencilla: creo que tal punto de vista no refleja para nada la enseñanza completa de la Biblia acerca del origen, el propósito y uso del vino (y en general de las bebidas alcohólicas). Más que la declaración en sí misma, el hecho de que un creyente tenga una opinión basada más en convicciones personales que en la enseñanza misma de la Escritura es lo que me dejó pensando por un buen rato. Por tal motivo, quisiera en esta entrada compartir acerca de cómo creo que los creyentes debemos pensar acerca del consumo de bebidas alcohólicas. Antes de empezar, me parece que es necesario hacer un par de aclaraciones:
Habiendo hecho este par de aclaraciones necesarias, podemos continuar con el asunto. El problema que tienen los cristianos con el alcohol es de cosmovisiónDespués de meditarlo, me di cuenta que la opinión compartida refleja claramente un problema de cosmovisión. Déjeme decirle por qué. El profesor Al Wolters en su libro La Creación Recuperada define cosmovisión de la siguiente manera: El marco de referencia más global de las creencias más básicas que uno tiene acerca de las cosas. La opinión acerca del alcohol que cito arriba refleja una creencia básica acerca de una cosa (en este caso el alcohol) y su relación con las demás. En esta opinión, el alcohol es intrínsecamente malo (es vil y odioso), su existencia no tiene sentido (es estúpida) y no tiene utilidad alguna para el ser humano (no la necesitamos para nada). Trataré de analizar cada una de estas afirmaciones a través de una cosmovisión bíblica. Primero, el llamar a un aspecto material de la creación intrínsecamente malo demuestra antes que nada un problema de categorización de las cosas. Una adecuada cosmovisión bíblica nos enseña que todo aspecto de nuestra cultura tiene dos dimensiones o categorías: la dimensión ontológica y la dimensión ética. La dimensión ontológica hace referencia al hecho de que todo ha sido creaco por Dios (y por lo tanto es intrínsecamente bueno) y la dimensión ética hace referencia al aspecto moral del uso que le damos a la creación de Dios. Aunque ya en otro lugar he hablado sobre esto, quisiera recordar que la clave para abordar estos asuntos es siempre recordar la distinción entre lo que es "estructural" (la dimensión ontológica) y lo que es "direccional" (la dimensión ética). Según el profesor Wolters: Tal vez sea útil… reintroducir los dos términos... los cuales jugarán un papel clave en el resto de nuestra discusión: la estructura y la dirección… la estructura se refiere al orden de la creación, a la constitución creacional constante de cualquier cosa, que hace que la cosa o ente sea lo que es... El decir que el vino es intrínsecamente malo y sin ninguna utilidad para el hombre es tomar un aspecto de la buena creación de Dios y llamarlo malo, olvidando que el problema no es lo material sino lo espiritual, es decir; el pecado, a lo que Wolters le llama "la intromisión ajena de la apostasía humana." Para darnos cuenta de ello, vea lo que dice la Palabra de Dios en el Salmo 104: Bendice, alma mía, al Señor. Señor, Dios mío, cuán grande eres; te has vestido de esplendor y de majestad... El estableció la tierra sobre sus cimientos, para que jamás sea sacudida... El hace brotar manantiales en los valles, corren entre los montes; dan de beber a todas las bestias del campo, los asnos monteses mitigan su sed... El riega los montes desde sus aposentos, del fruto de sus obras se sacia la tierra. El hace brotar la hierba para el ganado, y las plantas para el servicio del hombre, para que él saque alimento de la tierra, y vino que alegra el corazón del hombre, para que haga brillar con aceite su rostro, y alimento que fortalece el corazón del hombre. (Salmo 104: 1-15, LBLA) Note cómo en este Salmo el Señor es adorado no sólo por Su obra original de creación, sino también por Su obra continua de Providencia, por medio de la cual sostiene todas las cosas y bendice a todas sus creaturas (entre ellas el hombre) al proveerles no sólo para su sustento físico sino también para su disfrute. La Biblia de estudio ESV comenta acerca del versículo 15 de este Salmo: El alimento aquí sirve para la necesidad humana; y los usos del aceite y del vino descritos aquí van más allá de lo que es puramente necesario para incluir lo que añade disfrute. Así que según la Escritura, el vino no es algo que existe de manera "estúpida" o sin sentido, Dios lo ha creado y lo da al hombre. Tampoco es un aspecto de la creación sin propósito. Dios lo ha creado (algunos hayarán esto increíble) para el disfrute del hombre. Quisiera compartir también el comentario que Matthew Henry hace de esta porción de la Palabra: Para hacernos agradecidos, consideremos... que incluso tenemos los productos de la tierra, no solo para lo que es necesario, sino también para el ornamento y deleite, tal buen Maestro servimos. Primero, ¿requiere acaso nuestra naturaleza algo que la sostenga y repare su diario decaimiento? Aquí está el pan, que fortalece el corazón del hombre... Segundo, ¿Va más allá nuestra naturaleza y desea algo placentero? Aquí está el vino, que alegra el corazón, refresca los espíritus y les regocija, cuando es utilizado sobria y moderadamente, para que no sólo vayamos a través de nuestras ocupaciones,sino para que vayamos a través de ellas alegremente. Es una lástima que sea abusado para sobrecargar el corazón, haciendo al hombre impropio para su deber, aquello que fue dado para revivir su corazón y reanimarlo en su deber. Algo que me llama poderosamente la atención de la explicación de Matthew Henry es que, siglos antes de que todos estos conceptos de "cosmovisión", "estructura" y "dirección" hayan sido formulados, él ya los había aplicado, distinguiendo en su comentario entre la buena creación de Dios que fue dada al hombre para su deleite (estructura) y el uso pecaminoso que el hombre puede darle a lo que Dios ha creado (dirección).
Sé que lo que hasta ahora he escrito no proporciona una respuesta completa al problema del uso del vino o el alcohol. Con todo, no puedo concebir palabras más discordantes con la opinión dada al principio de esta entrada, que las del comentarista bíblico y para todo caso, la enseñanza de la Escritura misma. Esto tan sólo evidencia cuánto necesitamos formar nuestras creencias más básicas de todas las cosas por medio de una cosmovisión bíblica, de manera tal que podamos tener un verdadero impacto en el mundo, que está necesitado de escuchar el punto de vista de Dios de las cosas, no de nuestra propia opinión.
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Zootopia es la más reciente película animada de Disney que se encuentra actualmente en las salas de cine y que trata de animales antropomórficos viviendo en una sociedad muy parecida a la de nosotros los seres humanos, Los principales protagonistas de la historia es una optimista y soñadora conejita llamada Judy Hopps y un astuto y no muy honesto (al menos al principio) zorro de nombre Nicholas P. Wilde. Desde muy pequeña, Judy sueña con convertirse en el primer conejo oficial de policía de todo el mundo, muy a pesar de los consejos de sus padres que llenos de preocupación intentan disuadirla y hacer que se conforme a las expectativas que todos tienen para un conejo: una vida de campo cultivando zanahorias. Sin embargo, con mucho esfuerzo y dedicación Judy logra graduarse de la academia de policía con los máximos reconocimientos, para ser asignada a la ciudad de Zootopia, que según su publicidad promete ser el lugar donde todo animal puede llegar a ser lo que quiera ser y donde predadores y presas conviven en armonía. Desde su primer día en el trabajo, Judy es ignorada y menospreciada por el jefe del departamento de policía, hasta que astutamente logra ser asignada a un misterioso caso de desaparición de animales predadores bajo circunstancias desconocidas. Más adelante, se logra saber que los predadores no sólo están desapareciendo sino que también parecen estar regresando a sus "instintos salvajes" (supuestamente dejados atrás) lo cual causa pánico y conmoción entre los habitantes de la utópica ciudad, principalmente en el lado de las presas que, curiosamente; es la mayoría de la población. Es tratando de resolver ese caso (con la ayuda del reticente Nick Wilde) que se dan todas las aventuras y emociones de la película. Los buenos aspectos de la películaZootopia es definitivamente una muy divertida película apta para casi todas las edades en la familia. Contiene una ingeniosa historia que plantea tanto comedia como misterio, que no sólo entretiene a los niños sino que también apela al público adulto, con bromas en los diálogos que sólo las personas mayores son capaces de entender. Sobre todas las cosas, la película busca comunicar un mensaje sobre cómo los prejuicios, la discriminación y el racismo nos afectan a todos en la sociedad, un mensaje que por cierto no puede resonar más en la sociedad estadounidense. Varios aspectos de los problemas de nuestra actual sociedad que Zootopia nos presenta son acertados y valiosos y dignos de nuestra consideración. La película también nos muestra un valioso ejemplo de cómo el arrepentimiento, el reconocer que hemos fallado y el pedir perdón puede llevar a la reconciliación entre dos personas que anteriormente están separadas por la enemistad. Creo que uno de los mejores aspectos de la película es cómo consigue demostrar a cada uno de los espectadores que ellos también tienen prejuicios y juzgan por las apariencias, de manera que muchas de las cosas no resultan ser como quizás la mayoría del público espera, como cuando el temido mafioso llamado "Mr. Big" no es en realidad un enorme oso sino una pequeña musaraña, o como cuando el rudo jefe de policía resulta también ser un fan de la cantante Gazelle. Otros interesantes giros en la trama de la película también comunican esta idea, como el hecho de que el verdadero villano no es un predador sino una presa, y por cierto una que quizás la mayoría no se esperaba. Un mensaje "positivo" enmarcado en una falsa cosmovisiónDesafortunadamente, la cosmovisión sobre la cual la película se fundamenta es deficiente desde el punto de vista de la Escritura, por lo cual la producción de Disney falla en diagnosticar cuál es nuestro verdadero problema y por lo tanto también se equivoca en cuál es la verdadera solución. Desde el principio, es evidente que la película plantea una explicación completamente naturalista del origen de la humanidad y de nuestra sociedad, siendo todos los animales (y por ende los seres humanos) criaturas que han ido evolucionando de manera tal que han logrado dejar atrás sus institutos primarios, lo cual les ha permitido llegar a convivir en una comunidad y prosperar. Según Zootopia los seres humanos, aunque ciertamente evolucionados; seguimos siendo animales. Como dice "Mr. Big" en uno de los diálogos: "Mi pequeña, podremos haber evolucionado, pero muy en el interior, seguimos siendo animales." Precisamente debido a este origen, los animales en Zootopia desde un punto de vista moral no son intrínsecamente malos, sino sólo un producto de la influencia de la sociedad y de los otros animales. La película constantemente sugiere este diagnóstico, como por ejemplo cuando presenta el comportamiento criminal de Nick como resultado de haber sido víctima de prejuicios y burlas. "Si todos esperan que actúe así, ¿por qué hacerlo diferente?" se pregunta el zorro en uno de los momentos más serios de la película. Más adelante, observamos al zorro que al principio hacía de "bully" sobre Judy y sus indefensos amigos, ofrecer disculpas, argumentando que su comportamiento abusivo era en realidad producto de temores e inseguridades -las cuales por cierto una vez superadas, no afectan más su actitud hacia los demás. También casi al final de la película, la villana oveja causante de todos los problemas afirma a Judy que mientras pueda producir miedo en los habitantes de la ciudad, podrá manipularlos de manera tal que se produzca más prejucios. animosidad y violencia hacia la minoría de predadores. Como resultado de ésta cosmovisión equivocada acerca del origen del hombre -perdón, de los animales-, Zootopia se equivoca en la solución que nos presenta. Según los creadores de la película, nuestros problemas como sociedad se resolverán una vez entendamos que no hay animales ni buenos ni malos, que todos tenemos defectos y que todos cometemos errores, pero que a su vez todos somos en verdad capaces del mejor comportamiento, si se nos proveen las oportunidades correctas y se nos acepta -así como en el caso de Nick. Los prejuicios y la discriminación -según Zootopia- son nuestro verdadero problema, no el pecado. Sin embargo, nosotros sabemos que la Biblia nos presenta un panorama completamente diferente de la situación del hombre, donde el prejuicio y la discriminación son en realidad tan sólo un síntoma de nuestro verdadero problema, que es el pecado. Que la solución real a nuestros problemas no está en comprendernos y aceptarnos a pesar de nuestras diferencias, sino que se encuentra en un Salvador: Jesucristo. Es tan sólo bajo el señorío de Cristo que como humanos podremos vivir como en "un sólo cuerpo" donde no hay distinción entre judío y griego y donde los miembros de apariencia más débil son los que reciben la mayor honra. Comentarios finalesConsidero que Zootopia es una película que vale la pena ver. Es bastante divertida y con un mensaje que todos debemos escuchar y prestar atención. Desafortunadamente, las presuposiciones sobre el origen del hombre y la causa de su "mal comportamiento" en las que la película se basa le restan valor y verdadera trascendencia. Según Zootopia, ya casi estamos ahí, en la sociedad ideal; donde predador y presa pueden convivir en perfecta harmonía. Sólo tenemos que lograr vencer nuestros temores y dejar atras nuestros prejuicios. La historia de la Biblia sin embargo, nos recuerda que sólo cuando Jesucristo haya regresado entonces veremos al león yaciendo junto al cordero. Nuestra sociedad perfecta no es tan sólo una utopía, es una realidad que aguardamos con esperanza.
Esta es la tercera y última entrada de una serie en la que he tratado de aplicar la cosmovisión bíblica al tema del cine y las películas. En la primera parte traté de responder a las preguntas: ¿Deben los cristianos de ir al cine? y ¿Cuál debe ser nuestra postura acerca de ver o no ver películas? Traté de dar respuesta a éstos cuestionamientos con base en una cosmovisión bíblica. Utilizando la distinción entre estructura y dirección (propuesta por Al Wolters en su libro La Creación Recuperada) nos damos cuenta que respecto al cine y las películas, hay aspectos que son ontológicamente buenos primero porque forman parte de la creación de Dios (que es originalmente buena), segundo porque constituyen un adecuando cumplimiento del mandato cultural que Dios le dio al hombre en la creación (Génesis 1:26-28). Por otro lado, la misma distinción nos señala que al igual que todo aspecto en la creación, el cine y las películas también exhiben los efectos del pecado y la caída y por lo tanto pueden tener un direccionamiento que ya sea se acerca a Dios o se aparta de Él. Los cristianos tenemos la libertad de recibir todo aquello que tiene una correcta dirección hacia Dios. Con respecto a lo que tiene una dirección equivocada no sólo somos llamados a rechazarlo, sino también a llevar como Iglesia la redención que hay en Cristo y “re-dirigir” (por decirlo de alguna manera) todo hacia la obediencia a Cristo. Esta es la influencia que los creyentes debemos tener en la cultura y sociedad. Ésta forma del ver el mundo nos ayuda a entender que como discípulos de Cristo podemos interactuar con la cultura del cine pero que debemos hacerlo con cierta actitud de precaución y discernimiento. En la segunda entrada de la serie escribí que esta actitud nos debe llevar a cada uno de nosotros a establecer los límites que consideremos adecuados acerca de lo que podemos y lo que no debemos ver. Para esto, no sólo debemos tomar en cuenta nuestro gusto personal sino también debemos tratar de encontrar y aplicar criterios bíblicos. También escribí de que no sólo debemos establecer un criterio bíblico, sino que también debemos procurar actuar conforme a ese criterio y una forma de hacerlo es informarse adecuadamente de una producción cinematográfica antes de ir a verla. Me parece que esperar un tiempo adecuado antes de ir a ver una película así como leer reseñas (sobre todo escritas desde una perspectiva cristiana) puede ser de mucha ayuda. Para concluir esta serie, me gustaría hablar en esta entrada de manera breve sobre cómo podemos aplicar nuestra cosmovisión bíblica al momento de ver una película. Para ello, lo primero que debemos hacer es estar conscientes de que toda película nos está comunicando o exponiendo su propia cosmovisión. Las películas son más que sólo entretenimientoSi bien es cierto que nuestro principal interés al ir al cine es pasar un buen rato, esto no significa que podamos dejar nuestro cerebro en la taquilla o ponerlo en modo de bajo consumo al entrar a la sala. Después de todo, cada película nos expone a una forma particular de ver el mundo que en muchas ocasiones está en conflicto con la respectiva forma bíblica de interpretar la vida. Toda película, en mayor o menor medida está basada en una cosmovisión. En algunas producciones (como por ejemplo La Vida de Pi, basada en la novela de Yann Martel) es evidente la intención de comunicar una forma particular de entender la vida, la religión y el propósito por el cual existimos. En otros filmes, la intención no es tan clara pero sigue siendo cierto que están basadas en una cosmovisión. Ningún autor escribe un guion desconectado de sus valores y creencias básicas. Como escribe el autor James Anderson en su libro ¿Cuál es tu cosmovisión?: Una cosmovisión es tan indispensable para el pensamiento como una atmósfera lo es para respirar. No puedes pensar en un vacío intelectual más de lo que puedes respirar sin una atmósfera física… [Nuestra] cosmovisión moldea e informa nuestras experiencias del mundo alrededor… Así que cada vez que escuchas en una película ya sea una opinión, una broma o un comentario sobre por ejemplo, la familia, la crianza de los hijos, el origen de la vida o el propósito de nuestra existencia, estás siendo expuesto a la cosmovisión de su autor. Compara con la cosmovisión bíblicaCiertamente no nos es posible conocer todas y cada una de las cosmovisiones que hay allá fuera para poder “clasificar” lo que estamos viendo en la sala de cine. Pero tampoco es necesario. Sólo tenemos que conocer y aplicar una cosmovisión: la bíblica. Así que lo que tenemos que hacer es contrastar lo que estamos observando con la cosmovisión de la Escritura, la cual está intrínsecamente relacionada con la gran Meta-narrativa bíblica. Nuestra labor es contrastar cómo cabe cada circunstancia que observamos dentro de la perspectiva bíblica de Creación – Caída – Redención – Nueva Creación. Según el profesor del Seminario del Sur Timothy Paul Jones, esto lo podemos hacer a través de las siguientes definiciones y preguntas: Estoy convencido que si aprendemos a aplicar estas sencillas preguntas, no sólo estaremos preparados para ver una película de manera que glorifique a Dios, sino que también disfrutaremos más de la experiencia y fortaleceremos nuestra fe ante perspectivas que buscan desafiarla. Encuentra formas creativas de aprender y enseñar de lo que has vistoFinalmente, me gustaría animarte a que intentes hayar formas creativas e interesantes de aprender y enseñar de lo que has visto en una buena película. Esto es especialmente útil cuando tienes hijos pequeños. Debo confesar que aún tengo mucho que aprender en este aspecto, pero por la gracia de Dios en ocasiones he encontrado la manera de recordarle a mi hija nuestra condición caída así como el rescate que el Evangelio consigue para nosotros, basado en lo que recién hemos visto en una película juntos. Anécdotas, ilustraciones, historias que resaltan lo horrible del pecado o señalan hacia la gracia de Dios, todo ello podemos encontrar en algunas buenas películas si estamos alertas a ello y con ello conseguir más que solo un par de horas de diversión. Porque después de todo, hasta nuestra diversión debe ser para la gloria de Dios. Categorías: Cosmovisión Bíblica
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