Esta es la tercera y última entrada de una serie en la que he tratado de aplicar la cosmovisión bíblica al tema del cine y las películas. En la primera parte traté de responder a las preguntas: ¿Deben los cristianos de ir al cine? y ¿Cuál debe ser nuestra postura acerca de ver o no ver películas? Traté de dar respuesta a éstos cuestionamientos con base en una cosmovisión bíblica. Utilizando la distinción entre estructura y dirección (propuesta por Al Wolters en su libro La Creación Recuperada) nos damos cuenta que respecto al cine y las películas, hay aspectos que son ontológicamente buenos primero porque forman parte de la creación de Dios (que es originalmente buena), segundo porque constituyen un adecuando cumplimiento del mandato cultural que Dios le dio al hombre en la creación (Génesis 1:26-28). Por otro lado, la misma distinción nos señala que al igual que todo aspecto en la creación, el cine y las películas también exhiben los efectos del pecado y la caída y por lo tanto pueden tener un direccionamiento que ya sea se acerca a Dios o se aparta de Él. Los cristianos tenemos la libertad de recibir todo aquello que tiene una correcta dirección hacia Dios. Con respecto a lo que tiene una dirección equivocada no sólo somos llamados a rechazarlo, sino también a llevar como Iglesia la redención que hay en Cristo y “re-dirigir” (por decirlo de alguna manera) todo hacia la obediencia a Cristo. Esta es la influencia que los creyentes debemos tener en la cultura y sociedad. Ésta forma del ver el mundo nos ayuda a entender que como discípulos de Cristo podemos interactuar con la cultura del cine pero que debemos hacerlo con cierta actitud de precaución y discernimiento. En la segunda entrada de la serie escribí que esta actitud nos debe llevar a cada uno de nosotros a establecer los límites que consideremos adecuados acerca de lo que podemos y lo que no debemos ver. Para esto, no sólo debemos tomar en cuenta nuestro gusto personal sino también debemos tratar de encontrar y aplicar criterios bíblicos. También escribí de que no sólo debemos establecer un criterio bíblico, sino que también debemos procurar actuar conforme a ese criterio y una forma de hacerlo es informarse adecuadamente de una producción cinematográfica antes de ir a verla. Me parece que esperar un tiempo adecuado antes de ir a ver una película así como leer reseñas (sobre todo escritas desde una perspectiva cristiana) puede ser de mucha ayuda. Para concluir esta serie, me gustaría hablar en esta entrada de manera breve sobre cómo podemos aplicar nuestra cosmovisión bíblica al momento de ver una película. Para ello, lo primero que debemos hacer es estar conscientes de que toda película nos está comunicando o exponiendo su propia cosmovisión. Las películas son más que sólo entretenimientoSi bien es cierto que nuestro principal interés al ir al cine es pasar un buen rato, esto no significa que podamos dejar nuestro cerebro en la taquilla o ponerlo en modo de bajo consumo al entrar a la sala. Después de todo, cada película nos expone a una forma particular de ver el mundo que en muchas ocasiones está en conflicto con la respectiva forma bíblica de interpretar la vida. Toda película, en mayor o menor medida está basada en una cosmovisión. En algunas producciones (como por ejemplo La Vida de Pi, basada en la novela de Yann Martel) es evidente la intención de comunicar una forma particular de entender la vida, la religión y el propósito por el cual existimos. En otros filmes, la intención no es tan clara pero sigue siendo cierto que están basadas en una cosmovisión. Ningún autor escribe un guion desconectado de sus valores y creencias básicas. Como escribe el autor James Anderson en su libro ¿Cuál es tu cosmovisión?: Una cosmovisión es tan indispensable para el pensamiento como una atmósfera lo es para respirar. No puedes pensar en un vacío intelectual más de lo que puedes respirar sin una atmósfera física… [Nuestra] cosmovisión moldea e informa nuestras experiencias del mundo alrededor… Así que cada vez que escuchas en una película ya sea una opinión, una broma o un comentario sobre por ejemplo, la familia, la crianza de los hijos, el origen de la vida o el propósito de nuestra existencia, estás siendo expuesto a la cosmovisión de su autor. Compara con la cosmovisión bíblicaCiertamente no nos es posible conocer todas y cada una de las cosmovisiones que hay allá fuera para poder “clasificar” lo que estamos viendo en la sala de cine. Pero tampoco es necesario. Sólo tenemos que conocer y aplicar una cosmovisión: la bíblica. Así que lo que tenemos que hacer es contrastar lo que estamos observando con la cosmovisión de la Escritura, la cual está intrínsecamente relacionada con la gran Meta-narrativa bíblica. Nuestra labor es contrastar cómo cabe cada circunstancia que observamos dentro de la perspectiva bíblica de Creación – Caída – Redención – Nueva Creación. Según el profesor del Seminario del Sur Timothy Paul Jones, esto lo podemos hacer a través de las siguientes definiciones y preguntas: Estoy convencido que si aprendemos a aplicar estas sencillas preguntas, no sólo estaremos preparados para ver una película de manera que glorifique a Dios, sino que también disfrutaremos más de la experiencia y fortaleceremos nuestra fe ante perspectivas que buscan desafiarla. Encuentra formas creativas de aprender y enseñar de lo que has vistoFinalmente, me gustaría animarte a que intentes hayar formas creativas e interesantes de aprender y enseñar de lo que has visto en una buena película. Esto es especialmente útil cuando tienes hijos pequeños. Debo confesar que aún tengo mucho que aprender en este aspecto, pero por la gracia de Dios en ocasiones he encontrado la manera de recordarle a mi hija nuestra condición caída así como el rescate que el Evangelio consigue para nosotros, basado en lo que recién hemos visto en una película juntos. Anécdotas, ilustraciones, historias que resaltan lo horrible del pecado o señalan hacia la gracia de Dios, todo ello podemos encontrar en algunas buenas películas si estamos alertas a ello y con ello conseguir más que solo un par de horas de diversión. Porque después de todo, hasta nuestra diversión debe ser para la gloria de Dios. Categorías: Cosmovisión Bíblica
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