Te invito a que veas el siguiente vídeo que proporciona una idea de cómo es la vida para Roger Flournoy. Roger es un creyente que todos los días se enfrenta con las dificultades y limitaciones de padecer una condición llamada parálisis cerebral. Lo que has podido observar en el vídeo es un conmovedor testimonio del verdadero poder del evangelio obrando en una persona que cada día libra una batalla en contra de un trastorno físico permanente. En particular, me gustaría que pudieras notar las siguientes dos afirmaciones que Roger hace en momentos específicos de la grabación:
Estas palabras son profundas declaraciones de fe que confrontan la manera de pensar de la mayoría de las personas y que sin lugar a dudas nos desafían a cada uno de los que profesamos seguir a Jesús. Aunque sea por un momento, me gustaría que pienses en todas aquellas cosas que creas valorar en la vida -sin importar que sea o no algo material. Quizás pudiera ser tu casa, el auto, tu empleo, tu familia -cónyuge e hijos- etcétera. Piensa en aquello que más atesoras o en las personas que más amas. Ahora responde a la siguiente pregunta: Si alguna o varias de éstas cosas te fueran arrebatadas, ¿aún seguirías creyendo que la vida vale la pena? Vamos un paso hacia adelante: En mi experiencia, es común que las personas (inclusive cristianos) digan una frase parecida a esta: "Bueno, pero al menos tenemos salud, que es lo más importante". ¿Has escuchado alguna vez una frase similar? En otras palabras, cuando tú o yo afirmamos algo parecido, estamos reconociendo que si bien estamos pasando por dificultades económicas o familiares, aún podemos seguir agradecidos con Dios y pensar que vale la pena continuar viviendo porque, al menos; no nos hace falta la salud. ¿Pero que pasaría si, al igual que Roger; el vivir significara diariamente tener que enfrentar una condición física dolorosa, extenuante y en ocasiones humillante? ¿En verdad seguiríamos pensando que la vida vale la pena? Creo que tanto tú como yo podríamos responder que sí, solamente si Jesús en verdad significara TODO para nosotros. Podríamos no tener cosa alguna en esta vida, absolutamente nada, ni familia, ni bienes materiales, ni siquiera salud y como Job, aún adorar al Señor. Lo que el testimonio de Roger y las Escrituras nos enseñan es que solamente cuando en nuestro corazón el vivir es Cristo, entonces la vida vale la pena vivirla. Sin importar cuál sea nuestra condición. Porque tener a Jesús es tenerlo todo. Medítalo. Le pido a Dios que me permita meditarlo mucho más seguido.
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¿Hay ocasiones en tu vida en las que parece que te hace falta el gozo y la paz de Dios que la Palabra promete? ¿Que aparentemente tu fe no hace ninguna diferencia visible en tu vida? ¿Qué es lo que puedes hacer para recuperar el gozo de la salvación? Clama a Él de la siguiente manera: Oh Dios, Señor, abre nuestros ojos para ver tu gloria manifestada en la creación. Que cada interacción con las maravillas de la naturaleza produzca una admiración de tu poder manifestado. Que tu Espíritu a través de la Escritura nos proporcione un entendimiento cada vez más claro, profundo y real del evangelio y de la salvación que has provisto en la cruz. * Oración tomada del libro El Valle de la Visión editado por Arthur Bennett. |
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