La mayoría de las personas pasan la mayor parte de su tiempo en el trabajo. Sin embargo, muchos creyentes no logran conectar adecuadamente su fe con su centro laboral. ¿Cómo impacta mi fe la manera en que trabajo? ¿Cómo puedo también utilizar mi trabajo para crecer y madurar en la vida cristiana? Como creyentes, debemos meditar en cómo nuestra fe en Cristo impacta la manera en que manejamos las demandas diarias de nuestro trabajo. El libro Fruto en el Trabajo (Fruit at Work) de Chris Evans es un buen recurso que proporciona una enseñanza clara al respecto, basada en su propia experiencia y en la enseñanza de la Escritura. Evans inicia su libro preguntando: "¿Qué significa ser un Cristiano en el centro de Trabajo?" a lo cual responde que, eso significa que más allá de compartir el Evangelio, debemos desarrollar y ejercitar el fruto del Espíritu (Gal. 5:22-23). Sin embargo, la triste realidad es que para muchos que profesan ser cristianos, el fruto del espíritu no es evidente en sus vidas laborales. El libro de Chris Evans desafía a los creyentes a poder ver su empleo como algo más allá de un lugar en el cual subir la escalera al éxito o ganarse un cheque de pago. En cambio, un trabajo puede verse como una oportunidad ideal de crecer y madurar en Cristo. Lo que en particular me gustó del libro de Evans, es que cada capítulo inicia con una discusión bíblica de lo que cada fruto significa, para luego proveer ejemplos de situaciones de la vida real que demuestran cómo el fruto del Espíritu se puede demostrar en el centro de trabajo. También encontré de mucha utilidad que al final de cada capítulo provee un resumen de lo que acaba de enseñar y de formas muy particulares en las que cada uno de nosotros podemos buscar cultivar el fruto en nuestras vidas. Considero este libro como un buen recurso para que los creyentes podamos comenzar a ver nuestro trabajo como una parte esencial de nuestro crecimiento a la semejanza de Jesucristo. Pueden encontrar la página del libro en este enlace.
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Y aborrecí la vida, porque me era penosa la obra que se hace bajo el sol, pues todo es vanidad y correr tras el viento. (Eclesiastés 2:17 LBLA) ¿En verdad vale la pena vivir? ¿Por qué? ¿Cuál es el propósito de vivir? ¿Cuál es su significado? Estas son preguntas muy importantes que mucha gente en el mundo se hace sin recibir una respuesta clara y precisa. Incluso entre los cristianos. Por ejemplo, según una de las famosas encuentas del Grupo Barna, el 35% de las personas que dicen ser cristianos nacidos de nuevo dicen que aún están en la búsqueda para encontrar el significado de su vida.
El libro de Eclesiastés responde éstas y otras preguntas similares. Eclesiastés es uno de los llamados "Libros Sapienciales", junto con Job, los Salmos, Proverbios y el Cantar de los Cantares. Hay quienes le llaman a esta sección de la Escritura el "corazón del Antiguo Testamento", ya que está dirigida principalmente a la persona como tal y trata además con muchos asuntos que encuentran una aplicación directa en nuestras vidas. Además, también en estos libros podemos encontrar con personas que sufren y se duelen debido a diferentes circunstancias: enfermedad, traición, tragedia, engaño, desilusión y arrepentimiento. En esta sección de la Biblia nos encontramos también con muchas expresiones de gozo, alegría y felicidad. Finalmente, en la literatura sapiencial de la Escritura podemos leer aceca de cómo debemos de conducir nuestra vida en maneras muy prácticas y relacionadas con nuestra vida diaria. Sin embargo, el libro de Eclesiastés parece (al menos superficialmente) ser muy diferente a los otros libros de la literatura sapiencial y en ocasiones las personas encuentran su contenido muy confuso. Para algunos, Eclesiastés parece estar plagado de cinismo, con una perspectiva casi nihilista de la vida. Muchos de los dichos en este libro (como el citado al inicio) son desconcertantes y desafiantes. Como el mismo autor de Eclesiastes menciona, las palabras pueden ser como "aguijones" que nos punzan en nuestro entendimiento y espíritu. Pero todo esto se debe a que en Eclesiastés se mira a la vida desde una perspectiva diferente a la que encontramos en digamos, el libro de Proverbios. Por ejemplo, bien se podría decir que Proverbios es un libro dirigido a personas que quieren saber cómo vivir, mientras que Eclesiastés es un libro dirigido a las personas que quieren saber por qué vivir. Así como los Proverbios contienen sabiduría para las personas que quieren tener verdadero éxito en esta vida, Eclesiastes contiene sabiduría para las personas que piensan -en sus propias categorías y términos- que ya lo han alcanzado, para aquellos que tienen todo lo que esta vida puede ofrecer... o al menos creen que lo tienen. Al leer Eclesiastés, descubrimos que su mensaje es uno en verdad contemporáneo. Aún cuando fue escrito hace más de dos mil años su contenido habla directamente al hombre moderno de una manera fresca y relevante, tratando los problemas de nuestra misma cultura y sociedad. ¿Quieres leer a través del libro de Eclesiastés conmigo? En esta ocasión quisiera aprovechar este espacio para recomendar el libro titulado "Un Enfoque Reformado para la Ciencia y la Escritura" (A Reformed Approach to Science and Scripture) escrito por Keith A. Mathison. En este corto tratado (apenas 50 páginas) el autor tiene la intención de habilitar a los creyentes con las herramientas necesarias para empezar a tratar con cuestiones que conciernen a la ciencia y la Escritura y que en algunas ocasiones resultan controversiales (como por ejemplo, la edad de la tierra y la duración de los días en el libro de Génesis). Teniendo como base la premisa de que "Toda verdad es verdad que le pertenece a Dios", Mathison trata de comunicar cuál es el entendimiento Reformado sobre la ciencia y cómo los cristianos deben manejar cualquier "teoría científica" cuando ésta en apariencia contradice lo que creemos que la Escritura enseña. Mathison recurre a los conceptos de Revelación General y Revelación Especial para hacer entender que así como la Escritura es una revelación infalible de Dios, así mismo la Revelación General de Dios que ha sido comunicada a nosotros por medio de la creación, también es una revelación infalible de Su carácter y del orden que Él ha impuesto en este mundo. Un entendimiento reformado de la Escritura reconoce que si bien la Biblia es infalible y sin error alguno, los creyentes bien podemos tener interpretaciones incorrectas de lo que la ésta enseña, por lo que la Iglesia debe estar al pendiente de siempre exponer sus creencias y prácticas a la luz de la Palabra para ver si están alineadas a ella, "Iglesia Reformada, siempre Reformándose" es una de las herencias del movimiento protestante que nunca debemos olvidar. Para ello, según Mathison, la ciencia, si ésta ha hecho una correcta interpretación de la Revelación General, puede ser de gran ayuda. De la misma manera, los cristianos son llamados a no aceptar cualquier afirmación teórica, cualquiera que ésta sea, si está en contradicción con lo que claramente la Escritura nos comunica. En fin, aunque corto en longitud, este libro resulta de mucha ayuda y un material valioso para aprender sobre cómo los cristianos están llamados a manejar y entender la ciencia. El libro se puede descargar de manera gratuita en formato electrónico ya sea en formato para Kindle en Amazon o en epub en el sitio del ministerio Ligonier. |
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