En esta nueva serie de entradas tengo el propósito de mostrar desde una perspectiva bíblica cuál es la actitud con la que creo los cristianos debemos abordar la cultura del cine y las películas de Hollywood. También me gustaría mencionar algunas maneras prácticas en las que podemos aplicar nuestra cosmovisión cristiana en el proceso. En la primera entrada de la serie comenté cómo una cosmovisión bíblica nos lleva a comprender que el interactuar con la cultura del cine y las producciones cinematográficas no es necesariamente un acto pecaminoso. Podemos decir que una película demuestra la capacidad del ser humano de crear una historia que no solamente sea entretenida, sino capaz de comunicar una idea o mensaje. Hay películas que nos pueden hacer reír sanamente, llorar de tristeza, o hacernos reflexionar al mostartnos un aspecto de la vida que nunca antes habíamos observado. En una buena película podemos apreciar la capacidad del ser humano para hacer arte. Escenografía, vestuario, actuación, todos ellos se pueden conjuntar para comunicar ideales de belleza, estética y orden. Estos y otros aspectos de lo que el hombre es capaz de hacer en una producción cinematográfica son tan solo un reflejo de la imagen de Dios en el ser humano. También es cierto que una película nos pueda mostrar lo peor de nuestra condición caída. Insultos, adulterio, muerte. Todos estos actos pueden representarse en la pantalla grande, no con el objetivo de mostrarnos lo horrible que es el pecado, sino con la intención de entretenernos. En resumen, como vimos en la entrada pasada, aprender a diferenciar entre lo que es estructura y lo que es dirección en el cine nos ayuda a decir “Sí” a lo que podemos apreciar correctamente y también a decir que “No” a lo que debemos rechazar de la industria cinematográfica. Es pues en esta entrada que me gustaría hablar de algunas formas prácticas de aplicar nuestra cosmovisión bíblica en el proceso de ver una película. En esta ocasión en particular, analicemos algunas cosas que podemos hacer antes de ver una película. Reconoce que hay cierta clase de películas que no debes verEn efecto. Una de las primeras implicaciones que encuentro al aplicar la distinción entre estructura y dirección en el caso del cine es que definitivamente hay cierta clase de contenido que los creyentes no debemos ver. Por ejemplo, en una reciente entrada de blog titulada “Sexo en la pantalla grande”. el autor Tim Challies afirma: Cada vez estoy más convencido de que los cristianos deben evitar ver películas con escenas de desnudez y sexualidad. Challies explica el porqué de su convicción: no es posible permanecer moralmente ajenos a lo que observamos en la pantalla. Creo que Challies tiene razón en ese aspecto. Estoy consciente que puede llegar ser una tarea difícil decidir exactamente donde pintar la línea que no se debe de cruzar, pero es algo que definitivamente debemos de hacer. Creo que es una actitud que glorifica al Señor el tomarse el tiempo en meditar profundamente y establecer criterios de qué contenido le deshonra y nos afecta moralmente. Para este propósito, en la Biblia encontramos algunas directrices que nos puedan ayudar. Por ejemplo, el apóstol Pablo nos enseña en Filipenses 4:8 Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo digno, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo honorable, si hay alguna virtud o algo que merece elogio, en esto meditad. En lo personal he decidido que hay cierta clase de contenido que como creyente no debo ver. Las películas de “horror” -casi todas relacionadas con lo oculto y la muerte- es un ejemplo de ello. También he decidido evitar las películas de comedia que están basadas en un humor que es vulgar o irreverente (como por ejemplo, casi todos los filmes protagonizados por actores como Adam Sandler, Ben Stiller). Creo que estos son criterios bastante claros que me atrevería a recomendar a cualquier creyente. Por otro lado, también he decidido que hay cierta clase de contenido que no vale la pena ver. A manera de ejemplo, no he visto ni una sola película de la saga Rápido y Furioso. Tampoco ninguna de Los Indestructibles. También “me perdí” de los tres últimos episodios de la franquicia Terminator. Estoy consciente de que estos ejemplos están basados más bien en el gusto personal y que son criterios que no se pueden imponer a todos. Sin embargo, la idea que quiero comunicar es que sin importar lo “exitosa” o “buena” que una película pueda ser, de todas formas en muchos casos resulta más valioso invertir todo ese tiempo y dinero en otras actividades, como pasar tiempo con la familia, leer un buen libro o ¿por qué no?, escribir en un blog. Actúa conforme a un criterio: InfórmateUna vez que estás convencido del contenido que no debes o que no vale la pena ver, procura conformarte a ese criterio. No peques yendo a ver una película al cine en contra de tu propia consciencia. Evita ir al cine con la actitud casual de entrar a la sala “a ver qué tal” o porque “no hay otra cosa más que ver.” Hay muchas cosas que puedes hacer de manera proactiva para ayudarte en actuar conforme a un criterio establecido, pero quizás la más importante de ellas es informarte adecuadamente de una película. Y no, ver el adelanto o “tráiler” de una película no es suficiente para estar correctamente informado de una producción cinematográfica. Después de todo, recuerda que la intención del tráiler es hacerte consumir un producto, sin importar lo malo o bueno que puede ser para ti (algo así como un comercial de Coca-Cola). Considero que hay suficientes recursos a nuestro alcance para estar adecuadamente informado de un filme antes de acudir a las salas de cine. Puedes empezar consultando las reseñas y opiniones en periódicos y foros en línea. El sitio The Internet Movie Database algunas veces tiene reseñas bien hechas con comentarios interesantes. La página de la revista Christianity Today tiene una sección de reseñas de películas desde una perspectiva cristiana que considero son de mucha ayuda. La sección de reseñas de Coalición por el Evangelio (tanto en inglés como español) continuamente incluye también reseñas de películas. Sea como sea, trate de conocer lo más que pueda de una película para decidir adecuadamente si su contenido es uno que debes o quieres ver. De manera preliminar puede ayudar saber quiénes actúan en la película, quién fue el director y quiénes escribieron el guion. También es importante conocer la clasificación de la película y porqué recibió dicha clasificación (lenguaje vulgar, violencia extrema, escenas de desnudos, etc.). Más importante aun, procura conocer cuál es el mensaje detrás la película –la historia detrás de la historia por así decirlo, la meta narrativa a la cual se adhiere. ¿Está el argumento basado en una cosmovisión totalmente opuesta a la cristiana? ¿Qué valores, ideas y presuposiciones comunica la historia? ¿Estás preparado para recibir, procesar y responder a ese mensaje? Estoy consciente (por experiencia) que obtener esta clase de información a veces involucra saber demasiados detalles de la película antes de verla (incluyendo giros importantes de la trama e incluso hasta el desenlace). Sin embargo, también estoy convencido que es más valioso estar informado. Sé que algunos tienen la postura de no saber mucho de una película antes de verla, pues tal cosa -dicen- les arruina la experiencia. A ese argumento puedo tan solo responder que para mí ha sido todo lo contrario. He descubierto que el conocer de antemano muchos aspectos de una película me permite estar más atento a la continuidad de la historia, apreciar y disfrutar detalles en los diálogos y en los eventos que comúnmente me pasarían desapercibidos. Me permite ir interpretando el mensaje que la historia transmite, filtrar y procesar las ideas y valores que se me presentan desde una perspectiva bíblica. En fin, la experiencia de ver una película se enriquece en vez de empobrecerse Actúa conforme a ese criterio: EsperaPara concluir, es posible que algunos se estén preguntando “¿Cómo conseguiré y analizaré toda esa información sobre una película antes de su estreno?” La respuesta es muy simple: en muchas ocasiones no es posible hacerlo. La mayoría de las reseñas (y sobre todo las que vale la pena leer) no están disponibles sino hasta unos cuantos días después del estreno. Esperar un tiempo también te permitirá escuchar opiniones de familiares y amigos y tomar una mejor decisión acerca de verla o no. Esto significa que en ocasiones vale la pena esperar un tiempo prudente después del estreno. Muchas de las películas que he visto han sido después de meses y hasta un año que salieron al mercado. Si sientes que no puedes esperar tanto tiempo, intenta al menos esperar un par de semanas.
¿Cuántas veces has salido de una sala de cine diciendo cosas como: “no estuvo tan buena” o “no valía la pena pagar la entrada” o incluso “podía esperar hasta que salga a la renta”. ¿No te hubiera gustado conocer eso de antemano para además invertir tu tiempo y dinero en otra cosa? ¿Qué sucede si ahora tomas en cuenta que ese tiempo y ese dinero no son tuyos, sino que le pertenecen al Señor, el cual algún día te demandará el que los hayas usado sabiamente?
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