¿Todo esto que significa?Bueno, quizás alguno se está preguntando, ¿adónde llegamos con todo esto? ¿Qué significado tiene todo esto acerca de lo que será el cielo y nuestra futura vida en él? ¿Qué dice acerca de nosotros y de quién es Dios? Creo que todo lo que hemos dicho nos indica al menos dos cosas: 1) El cielo es un lugar completamente superior al que nos podamos imaginar. Muchos de nosotros nos hemos formado una idea del cielo según nuestros deseos particulares y nuestra experiencia aquí en la tierra. Esperamos que el cielo sea un lugar en el que la dicha y la felicidad sean como la dicha y la felicidad que experimentamos en esta vida. En nuestra forma limitada de pensar, se nos ocurre que la felicidad verdadera tiene que involucrar la ausencia de cualquier pesar o pensamiento triste. Respecto a esto quisiera de nuevo citar a John Piper: ¿Hay remordimiento en el cielo? ¿Puede el pesar ser parte de un cada vez mayor gozo indescriptible de la era por venir, comprada por Jesucristo (Romanos 8:32)? Mi respuesta es sí. Estoy al tanto de promesas como Apocalipsis 21:4, "Y enjugará toda lágrima de sus ojos, y la muerte no será más, ni habrá llanto, ni clamor, ni dolor, porque las primeras cosas pasaron." Pero no creo que esto excluya "lágrimas de alegría" o un "pesar gozoso"… Esto significa que el pesar no arruinará el cielo. Habrá toda clase de gozos, y complejidad de felicidad, y combinaciones de emociones en el cielo de las cuales jamás hemos soñado. 2) La diferencia entre Dios y nosotros es mayor que la que creemos. El pensamiento de una persona sufriendo en el infierno es de por sí triste y horroroso, sea o no que pensemos en alguien que conozcamos. Sin embargo, Dios puede estar consciente de la presencia de millones de seres sufriendo el castigo eterno que merecen y ese conocimiento no le roba el menor grado de felicidad. De alguna manera, la perspectiva que Dios tiene de las cosas, de Su perfección, del aborrecimiento que tiene hacia el pecado, de lo justo del castigo eterno; es completamente diferente a nosotros y más allá de nuestras capacidades. Los caminos de Dios no son nuestros caminos y Sus pensamientos no son nuestros pensamientos. Sin embargo, nuestra esperanza es que algún día Dios perfeccionará nuestros pensamientos y emociones. Ciertamente, jamás -aún en el cielo- podremos ver las cosas completamente como Dios las ve. La profundidad de una mente infinita no puede verterse en la superficialidad de una mente finita. Pero con toda seguridad veremos con mucha mayor claridad la santidad de Dios, lo horroroso del pecado y la justicia del castigo eterno del infierno. La relación con la gloria del Cordero que fue inmoladoPara finalizar, quisiera decir que si hay algo que está claro en la Biblia, es el hecho de que en el cielo todas las personas estarán conscientes del sacrificio expiatorio del Cordero, y tendrán siempre memoria de Su muerte en la cruz del Calvario. La Escritura nos enseña que en el cielo continuamente se adora a Dios y al Cordero por su obra de redención al morir por los pecadores (Apocalipsis 5:8-14). Esto quiere decir que en el cielo sen tendrá consciencia del sufrimiento más injusto e inmerecido en toda la historia de la humanidad. Todo mundo recordará la traición más grande y el dolor tremendo de la cruz y el abandono sufrido por el mismo Hijo de Dios, al recibir la ira que nosotros merecíamos. Y será motivo de adoración. ¿Por qué entonces Dios no permitiría que recordemos nuestros propios sufrimientos si dichos recuerdos incluso al presente son una causa de adoración a Su nombre? La alabanza continua al Cordero significa que podremos recordar el pecado más grande de la humanidad. ¿Por qué Dios no permitiría que recordemos nuestros propios pecados, los mismos pecados que llevaron a Cristo a la cruz? La alabanza contínua al Cordero significa que por siempre recordaremos que Dios es moralmente perfecto, tres veces santo, al grado que para salvar a la Iglesia que amó se requirió del sacrificio sustitutorio de Su propio Hijo, pues el pecado no puede quedar sin paga. ¿Por qué Dios no permitiría que estemos conscientes de que hay un lugar donde el más mínimo pecado está recibiendo la justa ira que se merece?
Estaremos conscientes de las personas que no están en el cielo, en virtud de su relación con el Cordero que fue inmolado. Estaremos también conscientes de los que sí están, en virtud de su relación con la cruz del Calvario. Podremos recordar nuestros pecados pues tendremos presente que fueron la causa de la muerte de Cristo y cómo la sangre del Cordero nos ha limpiado de toda culpa. Sí, estoy convencido de que el cielo será un lugar para recordar, pues el cielo será un lugar para adorar. Etiquetas: Adoración / Gloria de Dios
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