En una de mis últimas entradas hablé sobre "recuperar el enfoque correcto" al momento de leer la Biblia. Comenté de nuestra tendencia de tener un pensamiento centrado en el hombre, más que en Dios. Teniendo este enfoque, leemos la Biblia y prestamos la mayor parte de nuestra atención hacia los personajes humanos del pasaje. Haciendo esas observaciones sacamos "enseñanzas" tales como: "debemos ser más como David, que fue un varón esforzado y fiel". Si bien esta clase de enseñanza no es del todo incorrecta, está limitada. ¿Por qué? Porque carece del evangelio. Una lectura centrada en Dios nos dirigirá siempre hacia el carácter maravilloso de Dios y revelará el pecado del hombre. Una lectura centrada en Dios nos llevará siempre a nuestra necesidad de un redentor. Una lectura centrada en Dios nos conduce al evangelio de la cruz de Cristo, donde sí hay poder para vivir en santidad. En una entrada posterior trasladé esta idea a la labor de enseñanza y predicación. Comenté que es tiempo de que también recuperemos una predicación bíblica centrada en Dios y en Su obra de redención a través de Jesucristo. Es decir, un enfoque de la predicación centrado en el evangelio. Ahora, me gustaría comentar que éste enfoque centrado en Dios y en el evangelio, debe ser en verdad el enfoque de todo lo que hacemos en nuestra vida cristiana. Nada de lo que hagamos debe estar separado de la obra de Cristo en la cruz, y de nuestra necesidad de un salvador. Esto nos lleva a la idea del título de la entrada. ¿Cómo vivo los medios de gracia? ¿Qué pienso de la lectura de la Biblia? ¿Qué siento acerca de la oración? ¿Con que pensamientos me acerco a tomar la Cena del Señor? Estoy seguro que muchos cristianos -incluyéndome a mí-, estamos acostumbrados a tomar estos medios de crecimiento en la vida cristiana, no como una fuente de gracia, sino como un deber u obligación. Creo que si tenemos un enfoque centrado en el hombre, en lo que nosotros DEBEMOS hacer para agradar a Dios, será inevitable que veamos la lectura de la Biblia, la oración y el congregarse con los hermanos como una obligación. Y pronto nos sentiremos cargados y pensaremos que Dios no se agrada de nosotros, hasta que hayamos leído nuestra Biblia en este día. Pero no debe ser así. La vida cristiana también se debe vivir centrada en Dios y en el evangelio. Sobre esto, Jerry Cross comenta: Nosotros creemos que los medios de gracia son la forma de crecer y eso es cierto. No crecemos aparte de la Palabra de Dios, no crecemos aparte de la oración. No crecemos aparte de la comunión con Dios. No crecemos aparte de la oración. Son los medios de gracia que Dios ocupa para nuestro crecimiento. Pero hay algo más básico que los medios de gracia, y eso es el evangelio. Debemos aplicar el evangelio a los medios de gracia.... Si nosotros leemos la Palabra de Dios, y lo divorciamos de Cristo, y lo que Él ha hecho, esa lectura no nos va a servir.... No se debe leer la Palabra de Dios sin ver a Cristo. Yo le añadiría, no se debe orar a Dios sin ver a Cristo. No se debe alabar a Dios sin ver a Cristo. ¿Y qué significa acercarnos a los medios de gracia viendo a Cristo? Pienso que significa que, en todo ello; nuestro sentido delante de Dios es de necesidad, necesidad de Su gracia, necesidad del Salvador. Que sin Su obra de gracia, nada somos, ni nada lograríamos. Les comparto esta profunda cita del puritano John Owen que, a mi manera de pensar, puede revolucionar nuestra forma de vivir los medios de gracia: Si usted fuera un mendigo y creyera que cierto hombre le pudiera ayudar, entonces usted haría todo lo posible para llamar la atención de este hombre hacia su necesidad. Si este hombre le promete ayuda y dice que le ayudará, entonces usted hará lo que le indique. En la misma manera, usted usará los medios que le darán ayuda: La oración, la meditación en la Palabra de Dios, el compañerismo con el pueblo de Dios, etc.
Más bien me acercaré a orar o a leer la Biblia creyendo que estoy cumpliendo (con mis propias fuerzas y bondad) una obligación que Dios me impone. Pero verme como un mendigo, como uno que no tiene nada más que necesidad, hará que yo corra a Dios, a Su Palabra y a la oración, esperando recibir de las riquezas de gracia que hay en Cristo, que por cierto Él ha prometido dar a todo el que le busca. Toda la vida cristiana es una vida centrada en Dios y en el evangelio, en la que nosotros solo aportamos nuestra necesidad. Tal vez ésa sea la razón por la cual la primera bienaventuranza es: "Bienaventurados los pobres en espíritu, pues de ellos es el reino de los cielos" Mateo 5:3. Etiquetas: Evangelio / Medios de Gracia
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