10/12/2013 0 Comentarios Repensar nuestro trabajoempezamos a ver lo que hacemos todos los días como una parte integral de nuestra adoración a Dios. Si usted entiende que Dios le diseñó para contribuir a su creación, empezará a tomar en serio cómo y dónde ha sido llamado a hacer su importante contribución en el mundo.
Tom Nelson en Work Matters.
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18/2/2011 0 Comentarios AdoraciónQueridos amigos, quisiera compartirles las siguientes palabras tomadas de C. H. Spurgeon el príncipe de los predicadores, que nos confrontan con la verdad de aun cuanto camino todavía nos falta por andar, y sin embargo, también encienden un fuego en el corazón: La adoración no busca la presencia divina sino que está consciente de ella en un grado indecible y, por lo tanto, se llena de asombro reverente y de paz como el mar de Galilea cuando sus olas sintieron el contacto de los sagrados pies del Maestro. La adoración es la plenitud, la altura, la profundidad, la anchura y la extensión de la alabanza. La adoración se asemeja al cielo estrellado que está siempre contando la gloria de Dios "sin palabras, sin lenguaje, sin una voz perceptible" (Salmo 19:3). La adoración es el elocuente silencio de un alma tan saciada y tan plena, que no puede expresar su sentir con palabras. Postrarse en el polvo en humildad y no obstante remontarse en sublimes pensamientos, hundirse en la nada y sin embargo, engrandecerse y ser lleno de toda la plenitud de Dios, vaciar la mente de todo pensamiento y llenarla a la vez, perderse totalmente en Dios: eso es adoración. ¡Dios quiera que estas palabras se hagan una realidad en nuestras vidas! En Adoración
Jonathan Edwards (1703-1758) es considerado por muchos como "uno de los más grandes y profundos teólogos protestantes en la historia de Estados Unidos" (cita textual tomada de Wikipedia). Edwards es conocido por sus numerosos sermones así como por diversas obras teológicas y devocionales. También es conocido por haber participado en el llamado "Gran Avivamiento", sucedido en los Estados Unidos de Norteamerica entre los 1739 y 1740. Edwards fue testigo de un gran número de gente que profesaba convertirse al cristianismo. Muy probablemente ésa fue la razón por la que Edwards -movido por los acontecimientos de su época- se dedicó a escribir mucho acerca de la naturaleza y carácter del verdadero creyente. Cuando Edwards aborda estos temas, refleja una profunda convicción y reflexión bíblicas. A pesar de que en lo personal no he leído mucho a Jonathan Edwards, puedo decir que leer sus escritos producirá que seamos animados, exhortados y sobre todo, confrontados con los afectos de nuestro corazón. A continuación les presento una muestra de su pensamiento: El disfrutar a Dios es la única felicidad con la cual nuestras almas pueden estar satisfechas. Quiera Dios utilizar Su Palabra para que nos examinemos constantemente, para comprobar si en verdad lo consideramos a Él como nuestro más grande tesoro. En: Adoracion
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