23/10/2016 0 Comentarios Todo lo que haces le importa a Dios: Una introducción a la cosmovisión bíblicaEste es un llamado a reconsiderar y reevaluar su propia perspectiva sobre la naturaleza de la realidad. Tiene usted razón en algunas cosas, en otras está equivocado; y quizás ésta es una oportunidad para asegurarse de que la balanza se incline hacia el lado correcto. [1] Con esta entrada en el blog se inicia una serie diseñada para servir como una introducción al tema de la cosmovisión cristiana. El cristianismo provee de una base robusta y coherente de ver la realidad, a diferencia de muchas de las cosmovisiones alternativas que actualmente prevalecen en la sociedad y cuya influencia -en mayor o menor medida- ha permeado hacia dentro del evangelicalismo. He decidido desarrollar esta serie convencido de que el apropiarse de la cosmovisión que se encuentra en las Escrituras debe marcar una diferencia importante en la manera en que vivimos, y que para glorificar en verdad a Dios en cada área de nuestra vida nos es necesario someternos a una transformación de nuestro entendimiento, amoldando nuestros pensamientos a la perspectiva bíblica acerca del mundo. Tal transformación es parte esencial de lo que significa ser discípulos de Cristo. En una ocasión, el sabio Predicador escribió: “Lo que fue, eso será, y lo que se hizo, eso se hará; no hay nada nuevo bajo el sol.” El contenido de esta serie no ha sido elaborado bajo pretensiones de originalidad o ingenio. En realidad, no espero que haya una sola idea original en todo lo que escriba. Quizás -en el mejor de los casos- he encontrado una manera más clara o eficiente de explicar algun concepto, pero eso también está por verse. Lo que sí he pretendido es hacer una recopilación que sea ordenada, eficiente, coherente, constructiva y útil del contenido encontrado en muchos materiales diferentes (los cuales sí han sido escritos por verdaderos conocedores del tema). Usted encontrará que constantemente hago referencia a estos materiales y en la medida de lo posible, trato de reconocer la fuente de donde cada concepto ha sido tomado. Mi esperanza es que al final de esta serie –y a pesar de sus deficiencias y limitaciones– usted no sólo esté convencido de que es posible aplicar el Evangelio a la totalidad de la vida, sino que también se sienta profundamente motivado e impulsado a hacerlo. Preguntas reveladorasQuizás la mejor manera de empezar a familiarizarnos con el concepto de “cosmovisión” es por medio de una serie de preguntas que podemos llamar “reveladoras.” Las respuestas a estas preguntas dicen mucho acerca de la forma en la que una persona ve la realidad:
Quizás en este momento no se encuentra de humor como para pensar en esta clase de asuntos, así que bien podemos cambiar a otro tipo de preguntas:
Aunque en primera instancia no lo parezca, las respuestas que podamos dar a cada una de estas preguntas no constituyen creencias arbitrarias, desconectadas o aisladas entre sí. Ninguna de nuestras ideas o creencias existen en una especie de vacío. Cada una de ellas forma parte de un marco general que tenemos acerca de cómo es o debiera de ser el mundo (Figura 1). En otras palabras, nuestras respuestas no solo provienen de, sino que también demuestran nuestra visión particular de la realidad. Es decir, son un reflejo de nuestra cosmovisión. Figura 1. Nuestras creencias acerca de las cosas constituyen una cosmovisión. ¿Tengo una cosmovisión?Toda persona en este mundo (incluyéndole) tiene una cosmovisión: una perspectiva o imagen exhaustiva de la realidad que afecta todo lo que piensa y hace. Pero quizás usted se preguntará: ¿Cómo es que adquirí mi cosmovisión? En realidad es muy sencillo: nuestra forma de ver el mundo ha sido formada a lo largo de los años y es el resultado de la influencia de muchos y diversos elementos (Figura 2). Por nombrar tan sólo algunos: la cultura a nuestro alrededor, cada una de nuestras experiencias (incluyendo por supuesto nuestra crianza y educación), las relaciones personales que hemos sostenido, así como en general todo aquello que hemos leído y oído alguna vez. Figura 2. Algunos de los elementos que han dado forma a nuestra cosmovisión. Sin embargo, el hecho de que todos tengamos una cosmovisión no necesariamente quiere decir que éstas sean perfectamente sistemáticas o totalmente coherentes. Ni siquiera que estemos completamente conscientes de ella o que podamos articularla verbalmente si se nos solicitara. Empero, ahí está. Es nuestra “forma de ver” la vida en este mundo. ¿Y quiere saber qué es lo más espeluznante de todo esto? Que todo el tiempo actuamos asumiendo la veracidad de nuestra propia cosmovisión, sin siquiera molestarnos en examinarla cuidadosamente. Lo que no queremos dar a entender con la palabra cosmovisiónPero, ¿qué es exactamente una cosmovisión? ¿Es posible proporcionar una definición más formal de éste concepto? Por supuesto que sí. Pero antes de que nos ocupemos en analizar tal definición, por el momento vale la pena analizar un poco más lo que no se quiere dar a entender con esta palabra. Para empezar, tener una cosmovisión no es exactamente lo mismo que observar o cumplir con un sistema moral o ético. Algunas personas suelen erróneamente identificar la cosmovisión de la Biblia principalmente con la conducta moral que ahí se nos prescribe. Muchos creyentes asumen que tienen una cosmovisión bíblica por el simple hecho de que siguen los lineamientos básicos de la moralidad cristiana: ya sea porque no creen determinadas ideas del mundo (como la evolución) o porque no aceptan prácticas como el aborto o el matrimonio homosexual. Pero esto, aunque ciertamente es muy bueno; no necesariamente indica la presencia de una cosmovisión bíblica. En segundo lugar, tampoco se debe cometer el error de igualar la cosmovisión bíblica con un sistema doctrinal. No debemos confundir el tener una cosmovisión bíblica con simplemente adherirse a una posición teológica particular, como el calvinismo o el dispensacionalismo. En términos un poco más rigurosos, es necesario aclarar que hablar de cosmovisión no es lo mismo que hablar de filosofía o de teología. Lo cierto es que, en el lenguaje común solemos utilizar ambas palabras en términos muy vagos e imprecisos; como por ejemplo: “Juan aceptó su problema con filosofía” o “Ese entrenador tiene una filosofía del deporte.” Además, algunas personas conciben a la filosofía y la teología como principios totalmente opuestos entre sí: la filosofía apela a la razón humana mientras que la teología apela a la fe (la cual no necesariamente es racional). Estos son conceptos erróneos acerca de la filosofía y teología. El punto al que se quiere llegar es el de que tanto la teología como la filosofía son específicamente disciplinas académicas, de carácter científico y teórico, mientras que una cosmovisión no necesariamente lo es. Considere las siguientes palabras: Una cosmovisión es un asunto de la experiencia diaria.... un componente ineludible de todo conocimiento humano, y como tal no es científico, o más bien… es precientífico en esencia. Pertenece a un orden cognitivo más elemental que aquel de la ciencia o teoría. Así como la estética presupone algún sentido innato de belleza, y la teoría legal presupone una noción fundamental de justicia, también la teología y la filosofía presuponen una perspectiva preteórica del mundo. [Ambas] Dan una elaboración científica de una cosmovisión. [2] En otras palabras, aunque no son lo mismo; existe una relación entre filosofía, teología y cosmovisión. Por ejemplo, podemos hacer uso de la filosofía o de la teología para analizar o explicar una cosmovisión. La teología y la filosofía también nos pueden ayudar a conformar adecuadamente una cosmovisión. Pero de igual manera es importante observar que la cosmovisión de una persona también define la forma en que ésta hace o aborda el estudio de la filosofía y teología. Esta es la razón por la cual podemos hallar ejemplos de teología que es racionalista -que excluye toda noción de lo sobrenatural o milagroso- o de una filosofía verdaderamente cristiana, que tiene raíz en la autoridad de la Escritura. En pocas palabras: Una cosmovisión es un asunto de sabiduría y sentido común, ya sea bíblica o no bíblica. [3] Los elementos que constituyen una cosmovisiónAhora que nos hemos tomado un poco de tiempo para aclarar algunos conceptos erróneos, creo que estamos listos para analizar detalladamente el concepto de cosmovisión. Con este propósito, utilizaremos la definición que Albert Wolters nos proporciona en su libro La Creación Recuperada (en mi opinión, uno de los mejores libros que puede leer acerca del tema). Según Wolters, una cosmovisión es: El marco de referencia global de las creencias más básicas que una persona tiene sobre las cosas y sus relaciones. [4] Podemos examinar más detenidamente cada uno de los elementos de esta definición. Para empezar, el término “cosas” que Wolters menciona en su definición hace referencia a cualquier cosa acerca de la cual es posible tener una creencia. Como por ejemplo:
Lo siguiente que podemos observar de esta definición es que una cosmovisión está conformada por las creencias de una persona. Esto por un lado significa -como ya se ha mencionado- que una cosmovisión no es en esencia teórica o intelectual. Definitivamente no todas nuestras creencias se han desarrollado de esa manera. Por otro lado, al decir que una cosmovisión está conformada por creencias intencionalmente estamos dejando de lado los sentimientos, a los que actualmente se les da demasiada importancia. Decir que “creemos” algo es afirmar que tenemos cierto conocimiento (aunque sea limitado) de la forma en que las cosas son en realidad. Además, una creencia se puede analizar y defender con argumentos, mientras que los sentimientos no. En otras palabras, una cosmovisión tiene que ver con nuestras convicciones. Otra cosa que debemos observar es que las cosmovisiones tienen que ver con nuestras creencias más básicas o fundamentales acerca de las cosas. Note que cuando se utiliza la palabra básica no se quiere dar a entender “simple” o “sencillo.” Más bien, se habla de creencias que forman la base o que son el fundamento de la manera en que vivimos. Quizás el gráfico de la Figura 3 nos pueda ayudar a aclarar mejor este punto. Como se observa en el gráfico, no todas nuestras creencias constituyen convicciones sólidas que definen nuestra forma de vida (aunque la manera en que algunos reaccionan ante la derrota de su equipo favorito nos incline a decir lo contrario). Pero otras creencias sí definen la manera en que vivimos: la persona que por ejemplo considera el deporte como una actividad que es "menos espiritual" que otras probablemente pasará poco tiempo ejercitandose. Se puede decir que el núcleo o centro de esas creencias verdaderamente importantes son las que constituyen nuestra cosmovisión – son la base o el fundamento de nuestra manera de vivir. Figura 3. Estructura de una cosmovisión: creencias ordenadas por su importancia (tomado de [5]). Por último, observe que estas creencias básicas forman un marco de referencia: una especie de mapa mental, o si lo prefiere ver de otra manera, un tapete con una imagen bordada en el que cada hilo es una creencia. Nuestras creencias están conectadas e interrelacionadas entre sí formando un marco global de como son las cosas. Esto quiere decir que, por lo general; las personas no han adoptado un conjunto arbitrario de creencias inconsistentes entre sí. Preguntas para discusión1. ¿Por qué cree que los cristianos no entramos en conflicto más seguido con la cosmovisión dominante en la sociedad? 2. Lea en la Biblia Romanos 12:1-2. Estos versículos nos instan a no conformarnos al mundo, sino a que seamos transformados por medio de una mente renovada. ¿Qué significa que nuestra mente sea renovada? ¿En qué aspectos nos deberíamos transformar? 3. Ahora lea Efesios 4:22-24. En este pasaje se nos habla sobre la actitud de una mente que está renovándose, y se delínea lo que eso significa en términos prácticos de la vida diaria. Se nos enseña que debemos despojarnos del viejo hombre, para poder ser renovados en la actitud de la mente, y de esa manera ser capaces de vestirnos del nuevo hombre. ¿Debe ser la transformación de nuestro pensamiento a la que el apóstol Pablo se refiere sólo respecto a moralidad? ¿O qué otros aspectos abarca? Referencias[1] J. Mark Bertrand. (Re)Thinking Worldview: Learning to Think, Live, and Speak in This World (Wheaton, IL: Crossway Books), 11.
[2] Albert Wolters. La Creación Recuperada: Bases Bíblicas para una Cosmovisión Reformacional. (Medellín, CO; Poiema Publicaciones). [3] íbid. [4] íbid. [5] Michael E. Wittmer. Así en la Tierra Como en el Cielo: ¿Por qué Todo lo Que Haces le Importa a Dios? (Grand Rapids, MI: Zondervan).
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