Proviene de una entrada anterior (para leer haga clic en el enlace) 2. Evidencias de liderazgo masculino en GénesisAhora bien, así como en la narrativa de la creación observamos que el varón y la mujer fueron creados iguales en dignidad y valor, también encontramos en ella varias indicaciones que señalan la existencia de una distinción de roles. La mujer fue creada después del varón El hecho de que Dios creara primero a Adán y después de un período de tiempo a Eva (Gen. 2:7, 18-23) nos sugiere que Dios concibió que Adán tuviera una función de liderazgo en su familia. Es importante notar que en el relato de la creación no se menciona un procedimiento semejante de dos etapas para ninguno de los animales o seres vivos, por lo que esta particularidad en la creación del hombre parece tener un propósito especial. En el contexto más amplio del Antiguo Testamento, el que Dios creara primero a Adán lo sitúa dentro del patrón de la “primogenitura”, según el cual el primero que nacía en una generación cualquiera era el líder de la familia durante esa generación. Esta es precisamente la interpretación del Nuevo Testamento y el fundamento que el apóstol Pablo utiliza para limitar a los varones algunos papeles de gobierno y enseñanza en la Iglesia: Yo no permito que la mujer enseñe ni que ejerza autoridad sobre el hombre, sino que permanezca callada. Porque Adán fue creado primero, después Eva. (1 Timoteo 2:12-13). Observe que en este texto el apóstol Pablo no está haciendo referencia a alguna costumbre o aspecto cultural de su época, sino que alude a un principio establecido por Dios desde la creación. Para Pablo, Dios estableció un orden en la creación del varón y la mujer con el propósito de reflejar una distinción permanente en los papeles que Dios les ha dado a los varones y a las mujeres. La mujer fue creada para ser ayuda del varón La Biblia es específica en decir que Dios hizo a la mujer para el varón, y no al reverso (el varón para la mujer): Y el Señor Dios dijo: No es bueno que el hombre esté solo; le haré una ayuda idónea. (Génesis 2:18) La distinción en función se hace evidente por el hecho de que ella es creada para ser la ayuda de Adán. Vemos liderazgo masculino en el matrimonio a través del hecho de que Eva fue creada para Adán. Fue a Adán a quien se le dio el liderazgo y autoridad sobre la creación y luego Dios trajo a Eva a su lado para que sea su ayuda en el llamado que le había dado. Nuevamente, leemos en el NT que el apóstol Pablo utiliza esta realidad como el fundamento para establecer una diferencia entre hombres y mujeres en la adoración colectiva de la iglesia: Porque el hombre no procede de la mujer, sino la mujer del hombre; pues en verdad el hombre no fue creado a causa de la mujer, sino la mujer a causa del hombre. (1 Corintios 11:8-9) La mujer fue nombrada por el hombre El hecho de que Adán pusiera nombre a todos los animales (Gen. 2:19-20) indica la autoridad del hombre sobre el reino animal. En el contexto inmediato de Génesis 1 y 2 podemos observar que la persona que nombra las cosas es aquel que tiene autoridad sobre ellas. Es precisamente Dios quien le da nombre a todo lo que existe (Gen. 1:5, 8, 10). En el contexto más amplio del Antiguo Testamento, vemos que el derecho de ponerle nombre a alguien implicaba tener autoridad sobre tal persona. Esto se ve cuando Dios les cambia el nombre a personas como Abraham y Sara, o por ejemplo cuando Faraón le pone un nombre diferente a José o cuando después de la deportación a Babilonia Daniel y sus tres amigos reciben otros nombres distintos a los que ya tenían. Así que cuando Dios le presenta la mujer a Adán, además de reconocer su igualdad, el también ejerció su prerrogativa dada por Dios de nombrarla: “será llamada mujer”. Dios no le dijo a Eva quién era ella en relación con Adán. Él permitió a Adán definir a Eva manteniendo la intención de que el hombre ejerciera una autoridad funcional sobre ella. 3. La función asignada al varónEn resumen, la enseñanza bíblica que hemos analizado tiene al menos dos implicaciones. La primera es que, al ser ambos portadores de la imagen de Dios, tanto el hombre y la mujer son iguales ante Su creador en dignidad y honra. La segunda implicación es que, con respecto al orden establecido por Dios, el hombre y la mujer fueron creados para representar de manera diferente la relación entre Cristo y la Iglesia. En pocas palabras, el esposo y la esposa son iguales pero tienen papeles complementarios. ¿Cuáles son esas funciones complementarias que se les han dado al varón y a la mujer en el matrimonio? El texto bíblico de Efesios nos lo enseña: Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor, porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su salvador. Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo. Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia y se entregó a sí mismo por ella (Efesios 5:22-25). El apóstol Pablo claramente nos presenta una comparación entre la relación del varón con la mujer y la relación de Cristo con la Iglesia. Las funciones del esposo y la esposa en el matrimonio están arraigadas en los roles característicos de Cristo y su Iglesia, ya que Dios eligió que el matrimonio fuera una representación terrenal de la gloriosa relación entre Cristo y Su Iglesia. A los esposos se les compara con Cristo y a las esposas con la Iglesia. A los esposos se les compara con la cabeza y a las esposas con el cuerpo. El texto de Efesios nos enseña que a los varones se les ha asignado un rol. El hombre en el matrimonio tiene el rol de “cabeza de la mujer”. Pero, ¿qué significa que el hombre sea “cabeza de la mujer” Entendemos que ser cabeza en el versículo de Efesios implica una responsabilidad única de liderazgo y autoridad. En el contexto inmediato de Efesios, leemos: El cual obró en Cristo cuando le resucitó de entre los muertos y le sentó a su diestra en los lugares celestiales, muy por encima de todo principado, autoridad, poder, dominio y de todo nombre que se nombra, no sólo en este siglo sino también en el venidero. Y todo sometió bajo sus pies, y a Él lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, la cual es su cuerpo, la plenitud de aquel que lo llena todo en todo. (Efesios 1:21-23). El enfoque de esta porción de la Escritura está puesto en el dominio y la autoridad de Cristo cuando a Él se lo llama cabeza de la Iglesia. De aquí que podamos tomar la siguiente definición: Ser cabeza es el llamado divino del esposo para asumir la responsabilidad principal del liderazgo de servicio, protección y provisión en el hogar, a semejanza de Cristo. La definición anterior apunta a la idea de que la masculinidad bíblica implica asumir el liderazgo del hogar. Bajo el Evangelio, el diseño original creado por Dios no se invalida, no se re-define, más bien se re-establece. Un esposo cristiano ha sido investido con una autoridad ordenada por Dios. Él debe liderar. Él debe proveer dirección. El peso de la responsabilidad de la familia es suyo de una manera que es único para él como cabeza.
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