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5/3/2016 0 Comentarios

Degeneración espiritual

Acerca de esto tenemos mucho que decir, y difícil de explicar, por cuanto os habéis hecho tardos para oír. Porque debiendo ser ya maestros, después de tanto tiempo, tenéis necesidad de que se os vuelva a enseñar cuáles son los primeros rudimentos de las palabras de Dios; y habéis llegado a ser tales que tenéis necesidad de leche, y no de alimento sólido. Y todo aquel que participa de la leche es inexperto en la palabra de justicia, porque es niño; pero el alimento sólido es para los que han alcanzado madurez, para los que por el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal. Por tanto, dejando ya los rudimentos de la doctrina de Cristo, vamos adelante a la perfección; no echando otra vez el fundamento del arrepentimiento de obras muertas, de la fe en Dios, de la doctrina de bautismos, de la imposición de manos, de la resurrección de los muertos y del juicio eterno. Y esto haremos, si Dios en verdad lo permite.
Hebreos 5:11 - 6:3

El diagnóstico de un problema

​A estas alturas de la epístola a los Hebreos, su autor ha urgido a los lectores con varias amonestaciones (2:1; 3:1, 8, 12; 4:1, 11, 14). Estas advertencias nos dan la impresión de que el escritor está verdaderamente preocupado por la presente situación espiritual de sus lectores. Ahora, por primera vez en toda la carta, les proporciona un diagnóstico de cuál es su verdadero problema. En esta porción les dice claramente que hay algo malo en ellos.

En la porción anterior, el autor dijo que Cristo ha sido perfeccionado a través del sufrimiento y que ha sido designado Sumo Sacerdote según el orden de Melquisedec. Justo en medio de esta explicación, lo vemos volver a hacer una pausa para reprocharles a sus lectores que, no sólo no han avanzado en la madurez cristiana, sino que además han retrocedido en ella.

"Había ocurrido una degeneración… y a causa de su negligencia habían andado hacia atrás… La degeneración espiritual es pues, posible debido a que la voluntad de Dios para el creyente es un progreso constante”.  -- W. H. Griffith Thomas.
Ante este panorama, la pregunta que vale la pena responder es: ¿cómo podemos detectar que en lugar de estar avanzando, retrocedemos en la vida cristiana? ¿Cómo podemos advertir que estamos en un estado de degeneración espiritual? En estos versículos, el autor nos da la respuesta, mostrándonos cuatro verdades acerca de la degeneración espiritual.

I. La degeneración espiritual se revela en apatía hacia las verdades del evangelio

Los creyentes hebreos se habían hecho “tardos para oír”, lo cual significaba que su experiencia cristiana había caído en una especie de letargia. Estas personas ya no se deleitaban en el evangelio y en sus gloriosas verdades. La palabra “tardos” se traduce mejor como “flojos” o “perezosos” (cf. 6:11, 12). Es decir, ellos se habían vuelto lentos para escuchar, no porque habían recibido poca educación, o porque tenían una menor capacidad mental, sino por que habían caído en una actitud de indolencia o indiferencia.
“Así que ser tardo para oír no significa que haya algo malo con tus oídos físicos. Significa que hay algo malo con tu corazón. El corazón no está ansioso ni es diligente en abrazar las promesas y convertirlas en fe y paciencia. En cambio, la Palabra llega a los oídos y baja al corazón y topa con algo duro –o que se está empezando a endurecer. Eso es ser tardo para oír. Las promesas llegan al oído, pero no hay pasión por ellas, no se abrazan con amor, no se celebran ni se atesoran; por lo que no hay fe y no hay paciencia y –si las cosas no cambian- no hay herencia de vida eterna… Es una increíblemente extraña enfermedad, esta la de ser tardo para oír”.  -- John Piper.
Podemos profundizar aún más en la comprensión del problema si nos fijamos también en la palabra “oir” y en cómo se utiliza en otras partes de la misma epístola a los Hebreos. Para ello, miremos los versículos de 3:16, 18, 19; 4:2. De ellos podemos entender que ser tardo para oír significa oír la enseñanza del Evangelio pero no responder en obediencia.

II. La degeneración espiritual se revela en inmadurez espiritual

En los versículos siguientes el autor les hace ver a sus lectores no sólo su falta de progreso en el Evangelio sino incluso el grado de su retroceso. Las palabras “debiendo ser ya maestros” denotan cierto sarcasmo o ironía. Ellos deberían (es decir, una obligación) ser ya maestros. Pero en lugar de eso son unos niños (inmadurez). Necesitan leche, no alimento sólido.
“Este reproche contiene en sí aguijones muy punzantes para despertar a los judíos de su abandono… Era vergonzoso que ellos continuaran todavía en lo elemental y rudimentario del conocimiento, cuando debían ya ser maestros”.  -- Juan Calvino.

III. La degeneración espiritual se revela en una incapacidad para discernir

Uno que es niño es “inexperto en la palabra de justicia”. Esto significa que la persona que no ha madurado no tiene la habilidad para discernir la verdad.
“Bajo la figura de un niño pequeño se les dice que eran, en cuanto a su capacidad espiritual, incapaces de digerir alimento sólido y se veían obligados a vivir de leche. Esto muestra la pecaminosidad de la degeneración; porque, en tanto que seguían siendo niños recién nacidos carecían de destreza en el camino de la divina justicia. La infancia es natural y hermosa directamente después de la conversión, pero lo mismo que resultaría si en lo físico el desarrollo de una persona se detuviera, y siguiera siendo un niño, corporal y mentalmente, durante años y más años, los mismo pasa en las cosas espirituales: el encanto espiritual del niño en Cristo pasa a ser lo opuesto a hermoso”.  -- W. H. Griffith Thomas.

IV. El crecimiento hacia la madurez se da al poner en práctica lo que ya sabemos

“Ahora hágase esta pregunta: si el alimento sólido es solamente digerible por los maduros, ¿con qué alimento se vuelve usted maduro de manera que pueda entonces comer el alimento sólido? La respuesta es: leche. Usted se hace maduro con la leche… El problema es que [estos] bebés no se están ejercitando con la leche que tienen. Puede ver la palabra clave en el versículo 14: usted Madura “practicando” o ejercitando o respondiendo a la leche. El problema es que la leche de la Palabra no está produciendo el músculo de la fe. Y el músculo de la fe no está produciendo actos de justicia. Así es como usted crece de un cristiano bebé a un cristiano maduro: de la leche de la Palabra al músculo de la fe a actos de justicia.

Esto es sorprendente. No se confunda. Le puede ahorrar años de una vida desperdiciada. Lo que el versículo 14 está diciendo es que si quiere volverse maduro y entender las enseñanzas más sólidas de la Palabra, entonces la rica, nutritiva, preciosa leche de las promesas del Evangelio de Dios deben transformar sus sentidos morales –su mente espiritual- para que pueda discernir entre lo bueno y lo malo. Déjeme decirlo de otra manera. Prepararse para tener un festín en toda la Palabra de Dios no es primeramente un reto intelectual, sino es primeramente un reto moral…

La asombrosa verdad es que, si tropieza con Melquisedec, podría ser porque mira programas de TV cuestionables. Si tropieza en la doctrina de la elección, podría ser porque sigue teniendo prácticas oscuras en sus negocios. Si tropieza con la obra de Cristo en la cruz centrada en Dios, podría ser porque ama el dinero y gasta demasiado y da poco. El camino a la madurez y al alimento bíblico sólido no es primeramente volverse una persona inteligente, sino una persona obediente. Lo que hace con el alcohol y el sexo y el dinero y su tiempo libre y la computadora tiene mucho más que ver con su capacidad de  alimento sólido que a qué escuela fue o que libros lee”.  -- John Piper.

V. La degeneración puede ser revertida por un acto de gracia de Dios

Ahora la reprensión se transforma en una exhortación a dejar de ser niños espirituales y a avanzar a una experiencia más madura, ya que ésta es la mejor manera de prevenir la apostasía.
“Para poder crecer, los cristianos deben dejar «los rudimentos de la doctrina de Cristo». ¿Cómo deben de dejarlos? No deben perderlos, no deben menospreciarlos, no deben olvidarlos. Deben colocarlos en sus corazones, y deben colocarlos como el fundamento de toda su profesión y esperanza; pero no deben reposar y permanecer en ellos, no deben estar siempre colocando el fundamento, deben avanzar y edificar sobre el. Debe haber una estructura; porque el fundamento es colocado con el propósito de dar soporte al edificio”.  -- Matthew Henry.
“Ahora les recomienda abandonar dichos rudimentos; no porque los fieles hayan de abandonarlos; sino para que no permanezcan estancados en ellos… al edificar una casa jamás debemos omitir los cimientos; y sin embargo, ocuparse siempre en colocarlos sería ridículo… Así como el constructor debe comenzar por los cimientos, en la misma forma debe proseguir con su obra hasta que la casa esté construida”.   -  Juan Calvino.
Las palabras “vamos adelante a la perfección” se traducirían mejor como “seamos llevados a la perfección”. Lo que indica que se depende de una obra de gracia Dios para poder avanzar. Si  Dios “lo permite”, podemos seguir adelante, creciendo y madurando en la fe. Nuestra dependencia es completamente de Dios. Roguemos para que Él nos permita avanzar en la vida cristiana.

Aplicación

Hagámonos esta pregunta:¿Cómo compararía mi madurez espiritual actual con la que tenía hace un año?  Recordemos: La Biblia en ningún pasaje enseña que es posible mantenerse sin progreso en la vida cristiana sin que esto implique un retroceso. En la vida cristiana no existe el “status quo”. Sólo hay progreso o regreso.
“En todo esto, es fácil ver los peligros de permanecer estancados y los tristes resultados de la ofuscación espiritual. La degeneración es perjudicial para nosotros y para otros, porque es un principio de la vida cristiana el «usar o perder el uso»… La suprema necesidad es, por tanto, el «uso» de nuestros «sentidos» a fin de que, por medio del constante ejercicio, podamos «crecer en la gracia y en el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo» (2 Pedro 3:18). W. H. Griffith Thomas.
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