15/7/2015 0 Comentarios ¿Cristiano ordinario o radical?"Radical." "Loco." "Inquieto." En los últimos años, palabras como éstas se han vuelto comunes para describir lo que algunos consideran la esencia del "verdadero" cristianismo. Personas como John Piper (autor del libro No Desperdicie Su Vida) y más recientemente David Platt (autor de Radical) y Francis Chan (autor de Loco Amor), se han convertido en "profetas" de diferentes movimientos dentro del evangelicalismo, despertando a toda una generación de creyentes del letargo de una fe complaciente y tibia hacia una fe apasionada por la gloria de Dios y por alcanzar a las naciones con el Evangelio. En cierto aspecto, se tiene algo de razón al utilizar esta clase de adjetivos para describir la fe cristiana. Después de todo, el apóstol Pablo dice que el mensaje del Evangelio -en especial Cristo crucificado- es necedad o locura para el hombre natural (1 Corintios 2:14). También se puede decir que la enseñanza de Cristo contiene elementos que para la mente natural son bastante radicales. ¿Quién puede negar que para muchos el tener que sacarse uno mismo el ojo derecho o cortarse la mano derecha (Mateo 5:29-30) suena como algo -digámoslo así- extremo? ¿Y no fue acaso el mismo Agustín de Hipona, quien hace muchos (pero muchos) años dijo que "nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en Tí"? Estoy convencido que la enseñanza de estos pastores y hermanos en la fe ha sido de mucha bendición -ciertamente para mí lo ha sido- y muy necesaria, sobre todo en países como los de la región de Norteamérica; donde tanto el materialismo como el pensamiento posmoderno han hecho mella en la forma de pensar y en estilo de vida de muchas personas. Incluso en las de los creyentes. Sin embargo, nunca debemos olvidar que existe el riesgo de que nuestro deseo de corregir los errores que se tienen en un extremo, nos conduzca a caer por el borde del otro extremo -ya sea de manera voluntaria o involuntaria. De que el movimiento que comienza con buenas intenciones al final termine con malos resultados. La misma historia de la iglesia cristiana nos proporciona numerosos ejemplos de ello. Una larga historia de buenas intenciones (fallidas)
Posteriormente, la Reforma de Inglaterra nos dejó la rica herencia de la teología y práctica de los puritanos, pero también fue el escenario para la aparición de grupos sectarios como los cuáqueros. El movimiento de avivamiento de los 1700s conocido como el "Gran Despertar", llevó a muchas personas al arrepentimiento y al conocimiento de Cristo, pero también representó los primeros inicios de diferentes Movimientos de la Santidad y creó un precedente para la futura aparición de las prácticas antibíblicas del Segundo Gran Despertar. Finalmente, en el siglo XIX muchos teólogos -tome a Karl Barth por ejemplo-, en su intento de responder al asalto de la teología liberal cayeron en los errores de la Neo-ortodoxia. Así que no debe extrañarnos el hecho de que, si no ejercemos la necesaria precaución y prestamos atención a TODA la enseñanza de la Escritura, el sano ímpetu del "cristianismo radical" nos pueda llevar a caer en el extremo contrario de aquel que queremos evitar, y cometamos los errores diametralmente opuestos a los que se quieren corregir. Por evitar la mundanalidad podemos llegar a caer en una especie moderna de monasticismo. Con tal de apartarnos del antinomianismo podemos derivar -incluso sin querer- en el legalismo. Por ejemplo, el cristianismo "radical" nos enseña que una vida "no desperdiciada" es aquella cuya principal meta es completar la misión de Dios y hacer discípulos de todas las naciones. Pero, ¿significa ésto que cada uno de nosotros debe vender todo lo que tiene y mudarse a una nación no alcanzada? Es cierto, el llamado más sublime que tenemos como Iglesia es llevar el evangelio a cada tribu y nación, Pero ¿implica ésto que me conformo con poco si me dedico en la vida a otro oficio que no sea el de pastor o evangelista? Es correcto decir que para el cristiano su tesoro está en el cielo y su mirada debe estár puesta en donde Cristo está. Pero, ¿quiere decir ésto que le causa mayor placer a Dios el que dedique mi tiempo a alguna actividad "espiritual" -como participar en la reunión de oración de la iglesia- en vez de a alguna actividad recreativa -como ir a nadar a la playa o jugar al fútbol con mis amigos? Bueno, si usted ha escuchado el número suficiente de veces a personas como David Platt o Francis Chan, muy probablemente estará de acuerdo conmigo en que en ocasiones, pareciera ser que su respuesta a cada una de estas preguntas sería afirmativa. Si no me cree, le invito a que vea detenida y atentamente el siguiente video, donde Francis Chan interactúa con los también reconocidos Mark Driscoll y Joshua Harris. Escuche y analice tanto las respuestas de Chan como las observaciones de Driscoll y Harris. Definitivamente, Francis Chan es un creyente con muchas características que todo creyente debe desear imitar. Su humildad es observable en la manera en que responde (o no lo hace) a algunos comentarios "graciosos" de Driscoll. Su celo por vivir la vida cristiana y su pasión por agradar a Dios son evidentes (al menos eso creo) en sus comentarios. Sin embargo, no permita que el carácter de Chan le desvíe de analizar sus palabras, así como los acertados comentarios de Harris y Driscoll. En particular, quisiera resaltar para usted los siguientes aspectos de la conversación: 1. Note cómo la pregunta de Driscoll sobre quién va ahora a predicar en la ex-iglesia que Chan pastoreaba, así como su cuestionamiento acerca de "la calidad" del sucesor ("¿es bueno?") pone un énfasis desmedido en la persona de Chan y no en el oficio del pastor. Éste "culto a la celebridad" del que en otras partes se ha hablado es algo que caracteriza también al evangelicalismo moderno y que algunos asocian al surgimiento del cristianismo radical. Más adelante el mismo Chan comunica que parte de los motivos por los cuales decidió salir de Cornestone fue el ayudar a su congregación a vencer ese culto a la celebridad que él mismo afirma ayudó en cierta forma a crear (minuto 6:10). 2. Francis Chan describe el cristianismo (tal como él lo ve en las Escrituras) principalmente como un "compromiso" y una "devoción" que debe dirigir al creyente a "hacer lo que sea por ir y hacer discípulos" (minuto 3). Ese mismo pensamiento fue el que lo llevó a tener el deseo de poder "iniciar de nuevo" (3:44) con un grupo de discípulos que sean "el tipo de personas" que en verdad van a tratar de "seguir al cien por ciento la Escritura" (3:50). ¿Significa entonces que aquellos que no tienen las mismas convicciones que él son personas que no siguen por completo lo que la Biblia enseña? 3. Note cómo aparentemente para Chan, la Iglesia Primitiva del Nuevo Testamento es la principal fuente Bíblica de cómo se vive la vida cristiana. El cristianismo radical también se caracteriza por ese intento extremo de "replicar" de cierta manera la iglesia primitiva. Sin embargo, es TODA la Escritura, no sólo el Nuevo Testamento el que nos debe informar lo que significa ser un verdadero creyente. 4. El mismo Chan expresa que no cree posible llegar a ese nivel de compromiso con Cristo mediante "pequeños ajustes constantes" en la iglesia que pastorea. Para él, le es absolutamente necesario comenzar de nuevo (4:11). Gente como Michael Horton (en su libro Ordinary) ha identificado cómo el evangelicalismo contemporáneo -incluyendo el movimiento radical- está siempre en la búsqueda de esa experiencia nueva, en la constante espera de "La Próxima Gran Cosa" que verdaderamente nos permita progresar en la vida cristiana. 5. La pregunta que Driscoll le hace a Chan en el minuto 4:35 es profunda y reveladora: "¿Cuánto tiempo crees que pase hasta que el descontento o la frustración aparezcan?" Este cuestionamiento es muy importante. Lo que Driscoll implica al hacerlo es que posiblemente Chan aspira a una clase de vida "cristiana" que al final es insostenible. En otras palabras, el modelo de iglesia y discipulado que Chan anhela tarde o temprano traerá de nuevo descontento y frustración. Si bien aprecio la respuesta honesta de Chan: "No lo sé", con todo no puedo dejar de sentir tristeza al escucharla. Constantemente lo oímos confezar que no está seguro si su actuar "radical" como creyente está más bien basado en un enmascarado sentimiento de culpa que en el gozo. 6. Las palabras de Joshua Harris al minuto 5:16 también son dignas de observar: "La manera en que desafías a la gente (Chan) en tus libros y en tu prédica, sobre ese descontento, de manera profética puede ser maravillosa, pero creo que en una iglesia local, está la realidad de que ese descontento dirija a querer siempre hacer algo nuevo". Me parece que Harris hace un correcto análisis de los efectos del cristianismo "loco" y "radical" que Chan predica y que ya he mencionado brevemente. 7. Me parece que Harris acierta de nuevo al expresar la necesidad que impera en la iglesia de varones que, en el contexto de una iglesia local; estén dispuestos a corregir los errores de una congregación, a través de un servicio fiel que, con el paso necesario del tiempo y el ministerio ordinario de la predicación produzca buen fruto (5:46). 8. La discusión que Driscoll inicia alrededor del minuto 8:30 también es relevante: ¿Cuál es el modelo de piedad y santificación que presenta la Biblia? ¿Es posible crecer sólo en santidad a medida en que se sufre más y se abraza un estilo de vida más simple y pobre? Si bien es cierto que la Escritura no identifica la prosperidad material y física con la bendición de Dios, también es una realidad que en la Biblia la pobreza y el sufrimiento no son el único patrón de crecimiento para la vida cristiana. El valor de la vida "ordinaria" del cristianoTodos estos latentes peligros que hemos señalado y que estoy convencido que son evidentes al menos en el pensamiento de Francis Chan, han llevado a otros autores a escribir sobre el valor de la vida ordinaria del cristiano. Como ejemplo tenemos Radically Normal: You Don't Have to Live Crazy to Follow Jesus de Josh Kelley, Becoming Worldly Saints: Can You Serve Jesus and Still Enjoy Your Life? de Michael Wittmer y Ordinary: Sustainable Faith in a Radical, Restless World de Michael Horton. Estos libros me han provisto de varias horas de pensamiento y reflexión que espero más adelante poder compartir con ustedes en este blog.
Quisiera poder seguir escribiendo mucho más en esta entrada. Sin embargo, creo que es necesario que termine en algún punto y me parece que ahora es el momento adecuado de hacerlo. Espero que lo que usted haya leído le haya servido como un "aperitivo", algo que lo haya dejado pensando y le haya motivado por escuchar más del asunto. Es muy probable que la mayoría de mis próximas entradas en las siguientes semanas y meses estén enfocadas en este tema. Si usted quiere unirse a la conversación y contribuir con sus propios comentarios y preguntas estaré más que contento de verlo de nuevo por aquí. Dios le bendiga.
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